Yacimiento arqueológico en Lancia
Fecha y Lugar: 2021, Lancia, León.
Cliente: Instituto Leonés de Cultura
Autores: MADE.V arquitectos – Eduardo A. Carazo Lefort, Álvaro Moral García, Daniel González García, Antonio Olavarrieta Acebo
Premio: Segundo Premio en Concurso Nacional de Ideas
Imágenes/Foto: Rodrigo Martinez Garcia
La propuesta trata de articular el espacio natural con las nuevas necesidades y propone resolver los requerimientos programáticos con una pieza icónica que redefina la importancia de la historia, que reivindique el lugar del yacimiento con un tótem contemporáneo. Una estructura esencial que forma un cuadrado de 33×33 metros, una abstracción del propio hito urbano del foro y de las líneas de cultivos circundantes, que discretamente se eleva sobre el territorio con un claro carácter tectónico.
MILHOJAS no pretende camuflarse, no pretende esconderse en el árido territorio de la meseta. Pretende contraponerse a la tierra, aunque su cubierta, vista desde el cielo, bien parecería un labrantío más. Pero se trata de una cubierta tecnificada y eficiente, nada puede construirse sin aportar algo: la energía solar necesaria para la autosuficiencia del edificio se capta en la cubierta.
Pretende también constituirse en un nuevo hito en el paisaje, que ayude a indicar con claridad, y desde la distancia, que el lugar se está redefiniendo. No es ya, ni puede ser, la próspera colonia romana que le dio sentido. Ni el territorio agrario que la ocultaba durante siglos. Es ahora la excavación cambiante, la puesta en valor de un pasado lejano, pero reinterpretado desde nuestra visión moderna. Por eso el edificio no oculta esa nueva condición reinterpretada del lugar, y pretende además potenciarla. Se posa rotundamente en el territorioy articula la historia, la excavación, y la sociedad del siglo XXI que la quiere contemplar con sus ojos y sus nuevos valores culturales.
Se materializa en un edificio compacto. Con una geometría ortogonal clara y rotunda, orgullosa y representativa de suépoca, como el trazado también ortogonal de la ciudad romana lo era de la suya. Y esa compacidad permite reducir recursos, fachadas, derivaciones de infraestructuras, y concentrar en un milhojas de capas horizontales de 33×33 metros todo el programa solicitado. Claridad, compacidad y economía.
El edificio como idea de piezas agregadas podría ser susceptible de futuras ampliaciones. La idea principal de crecimiento se basaría en la colonización de los espacios intermedios. El edificio cuenta solo con 2/3 dela cubierta construida, por ello tendría margen para ese crecimiento. El esquema, concatenado como una esvástica, permitiría la adhesión de nuevas piezas a su alrededor, conectando, quizás, patios y piezas nuevas manteniendo siempre su orden y la estructura original.
La propuesta, más que un proyecto cerrado, propone una estrategia de proyecto que trata de hacer válidos todos aquellos usos indeterminados que puedan desarrollarse bajo el paraguas de esta gran estructura entre dos losas: la estructura milhojas.
El proyecto se basa en un planteamiento con una doble estrategia. La primera es la creación de un espacio diáfano, generado por dos planos horizontales formados a su vez por una sucesión de vigas de hormigón prefabricadas; uno que “flota” sobre el subsuelo que contiene al estrato arqueológico y otro que “flota” sobre la anterior. La segunda estrategia consiste en la construcción de unos volúmenes programáticos a modo de “cajas” de acero cortén, un material a la vez contemporáneo y dialogante con las preexistencias por su acabado cambiante y matizado. Estos contenedores permiten la compartimentación de fragmentos concretos del programa y funcionan además como soporte infraestructural del edificio, dando cobijo a almacenes, vestuarios, aseos y cuartos de instalaciones.
El resto de los espacios con necesidades más diversas como la recepción, la consigna y el área expositiva se resolverán mediante una estrategia flexible y mutable con elementos de mobiliario. El edificio además pretende ser respetuoso con la naturaleza y su entorno más próximo, intentando producir un bajo impacto para un territorio con un elevado potencial de restos arqueológicos, pero marcando una nueva pauta propia de su tiempo, adecuada a unos usos diferentes. La estrategia apuesta por no acotar el interior mediante la transparencia de sus puntos de transición, con el objetivo de ser vivido fundamentalmente desde la riqueza y variedad de sus recorridos internos y externos y sus porches. El edificio estará repleto de espacios exteriores deesponjamiento y relación, a la vez que generará un nuevo mundo interior donde los arqueólogos podrán desarrollar su actividad protegidos de las inclemencias del tiempo, pero conectados con el yacimiento. Son estas dilataciones las que dotarán de luz, conexión con la naturaleza y, en definitiva, de vida, al conjunto del proyecto y a sus usuarios, tanto visitantes como trabajadores.