Casa Campelo

Fecha y Lugar: 2024, Valladolid.

Autores: MADE.V arquitectos

Pablo Cendón Segovia.

Fotografia: Javier Bravo 

 

Ubicada en una de las esquinas de las plazas más emblemáticas de Valladolid, esta vivienda de carácter longitudinal se orienta hacia el suroeste, ofreciendo vistas a la intersección urbana que caracteriza la zona. El proyecto, destinado a una pareja joven, parte de la demolición completa de la construcción original, que data de la década de 1960. La distribución preexistente presentaba un pasillo central sin iluminación, con estancias dispuestas a ambos lados, una configuración que no respondía ni a las nuevas necesidades de la familia potencial ni al aprovechamiento de la exteriorización que la caracteriza.


Tras la eliminación de los elementos originales, la única estructura conservada fue el esqueleto de hormigón y las servidumbres de las diferentes instalaciones (bajantes y chimeneas). Sobre esta base, se propone la creación de un mueble-monolito-escultura que envuelve la estructura, proporcionando servicio a todos los espacios y unificando visualmente el conjunto de la vivienda. Este elemento establece una transición progresiva en la materialidad de los acabados, pasando del hormigón a la cerámica y, finalmente, a la madera. Esta progresión no solo confiere personalidad al espacio, sino que también aporta una identidad visual distintiva sin renunciar a la experiencia táctil de los materiales.
El monolito esculpe el espacio al permitir la expansión del área de distribución, generando accesos a distintas estancias a través de umbrales cerámicos. Además, transforma la función de circulación en un área de uso flexible, apta para el juego, la lectura o la estancia. Modulado en piezas cerámicas de 10×10 cm, este elemento integra en su interior diversos componentes, tales como elementos estructurales, almacenamiento, cocina, instalaciones o descanso.


Los espacios servidores de la vivienda se colocan en la orientación norte, hacia el patio de luces, integrando la carpintería en un tabique de color neutro, otorgando el mayor protagonismo posible al monolito, que actúa como eje articulador de la vivienda.

En conclusión, este proyecto reinterpreta el programa doméstico convencional a través de un elemento arquitectónico icónico y con una fuerte identidad. Estas ideas han sido aprendidas de las experiencias holandesas del movimiento moderno y sus criticas posteriores, condensado desde la pastilla de servicio de Mies en la Casa Fansworth hasta las viviendas de Daperbuurt de Margreet Duinker y Michael van der Torre. La inserción de nuestro monolito no solo permite la convivencia entre los elementos preexistentes y la nueva distribución, sino que también dota a la vivienda de una esencia única, capaz de responder a las necesidades de sus habitantes y de permitir nuevas lecturas con el paso del tiempo. No se pretende realizar una cristalización funcionalista del espacio, conocedores de que a la familia que está por formar requerirá de una serie de usos que aún están incluso, por inventar, sino de añadir un estrato, un núcleo permanente, pero cuyos apéndices y muros anexos son, con el tiempo, flexibles a nuevas configuraciones.

A nivel constructivo, se ha optado por unas instalaciones punteras en materia de eficiencia energética, una máquina de aerotermia alimenta las condiciones de suelo radiante y el depósito de ACS. Se incluye, además, un recuperador de calor que renueva el aire constantemente, permitiendo el control consciente en las pérdidas de calor por ventilación. La fachada se aísla en todo su perímetro con lana de Roca y XPS, llegando a un aislamiento total de 10 cm. Lo mismo se hace en suelos y techos, generando una caja estanca de alta inercia térmica. El resto de tabiquería se realiza con el mismo sistema de Cartón-Yeso laminado. Los suelos son de madera laminada de acabado en roble. Los acabados de las paredes son de pintura plástica a excepción de los baños, realizados con microcemento.